El primer paso que tenemos que realizar es disponer de todos los materiales. Para forrar una chimenea, vamos a necesitar los siguientes materiales y herramientas.
– Perfiles de metal para crear la estructura
– Paneles de lana de roca recubiertos con aluminio
– Cinta de aluminio de fontanero
– Masilla fijadora
– Tornillos
– Placas de cartón yeso ignífugo
– Imprimación para cartón yeso
– Pintura para cartón yeso
– Rendijas de ventilación
– Atornillador eléctrico
– Amoladora eléctrica 
– Lijadora eléctrica
– Rodillo o brocha de pintor

Una vez que tengamos todos los materiales, vamos a empezar a forrar la chimenea propiamente dicho. Para ello, lo primero que vamos a hacer es instalar los perfiles de aluminio de tal forma que creemos la estructura sobre la que vamos a construir el forro o revestimiento. Una vez que hemos tomado las medidas de los perfiles y los hemos cortado, los atornillamos entre sí, a la base y a la pared hasta crear la estructura que dará sujeción al armazón. 

A continuación debemos instalar los paneles aislantes. Estos paneles están compuestos de lana de roca especial para chimenea y, además, en uno de sus laterales cuentan con un revestimiento adicional de aluminio. Este lateral (el del aluminio) es el que debe quedar mirando hacia la caja de combustión, ya que las propiedades ignífugas del aluminio potenciarán el efecto de lana de roca. 

Para instalar los paneles aislantes los cortamos a la medida del armazón de los perfiles de aluminio que hemos instalado. Una vez que están cortados, los fijamos al armazón y a la pared con ayuda de masilla. 

Una vez que estén todos los paneles de lana de roca instalados, vamos a sellarlos con cinta de aluminio de fontanero. Para ello, colocamos la cinta de aluminio de fontanero adheriéndola a las juntas que quedan entre los propios paneles de lana de roca y las esquinas o vértices del armazón de la estructura.

Ahora, procedemos a instalar los paneles de cartón yeso que servirán para ocultar los paneles de lana de roca y, al mismo tiempo, aportar un acabado más estético. Existen diferentes modelos y tipos de placas de cartón yeso. Al ir a situarlos cerca de una fuente de calor, lo más recomendable es decantarse por placas de cartón yeso ignífugo. Es decir, placas de cartón yeso que están diseñadas para soportar especialmente bien las altas temperaturas. 

Para proceder a su instalación, primero las cortamos a las medidas del armazón y, a continuación, las fijamos a los perfiles con tornillos. De esta forma, tendremos prácticamente terminada la estructura que servirá para forrar la chimenea. 

A continuación, vamos a realizar los agujeros en la estructura del forro que nos servirán para colocar las rendijas de ventilación. Lo más recomendable es que coloquemos una rendija en cada uno de los laterales de la chimenea y dos en la parte superior. En el caso de las laterales, debemos colocarlas cerca del suelo, lo que permitirá que entre con facilidad el aire frío de la estancia. Así mismo, las rendijas superiores permitirán que el aire caliente del interior de la estructura salga sin problema. 

Para realizar los agujeros en la estructura medimos las rendijas que queremos colocar. Dibujamos sus perfiles en la estructura y, con ayuda de una amoladora, realizamos los cortes.

El siguiente paso para forrar la chimenea será lijar el cartón yeso exterior. Este paso nos permite mejorar el acabado de los vértices y la propia superficie del cartón yeso, lo que hará que el acabado final sea más estético y agradable al tacto una vez que el forro esté pintado. 

Después de lijar, aplicamos una imprimación para superficies de cartón yeso. De esta forma, aseguramos que la adherencia de la pintura sea la más adecuada. La imprimación la aplicaremos siguiendo las instrucciones del fabricante.

Cuando la imprimación se haya secado, procedemos a aplicar la pintura en toda la caja del forro de la chimenea. De nuevo, la aplicaremos siguiendo siempre las instrucciones del fabricante. Así mismo, aplicaremos tantas capas de pintura como sea necesario para cubrir por completo la estructura.

Finalmente, una vez que la pintura se ha secado, procedemos a colocar las rejillas de ventilación y el marco exterior de la chimenea.