Lo primero que debemos hacer para instalar un termostato inteligente es cortar la electricidad para poder trabajar con seguridad al manipular cualquier elemento de la instalación eléctrica.

El siguiente paso es instalar la unidad receptora Wi-Fi. Abrimos la carcasa de la unidad y, con ayuda de tornillos y destornillador, la fijamos a la pared. Para ello, la ubicamos en un lugar en el que tenga acceso al cableado de la red eléctrica y al de la caldera. 

A continuación, procedemos a realizar las conexiones del cableado de la unidad receptora tanto al cableado de la red eléctrica como a la propia caldera. Una vez que hemos terminado de conectar los cables, colocamos de nuevo la carcasa exterior de la unidad y la cerramos. Después, volvemos a conectar la electricidad y comprobamos que la unidad receptora funciona correctamente.

La unidad emisora no requiere instalación, ya que funciona con pilas. Así que bastará con ponerle las pilas, activarla, y ya podemos utilizarla como panel de control de la caldera en cualquier lugar de la casa en el que la ubiquemos. 

Una vez que la unidad emisora esté activada, deberemos conectarla al Wi-Fi de la vivienda para poder usarla sin problemas. Para ello, debemos seguir las instrucciones del fabricante. Por lo general, habrá que seleccionar una opción en el panel principal en el que se gestionan los aspectos relacionados con “conectividad” y/o “Internet”.

Finalmente, realizamos también la conexión de nuestro teléfono móvil al termostato inteligente para poder controlarlo no solo desde la unidad emisora sino también desde el propio teléfono. Según el modelo de termostato, la forma de realizar la conexión puede variar. Por lo general, lo más habitual es que necesitemos descargar una App asociada al termostato y desde donde gestionaremos tanto la conexión del teléfono como la gestión del propio termostato inteligente.