Un suelo laminado puede aparentar fragilidad pero, si es de calidad, está diseñado para ser un suelo resistente y duradero. Aún así, cómo limpiar suelo laminado puede ser motivo de preocupación si quieres conservarlo en perfectas condiciones. En este post encontrarás las respuestas a tus dudas.
Peligros para el suelo laminado
Aunque el mantenimiento de un suelo laminado es fácil, algunos productos pueden dañarlo:
- Cera o aceites. No uses productos que contengan cera o aceites, ya que no penetran el suelo laminado, sino que crean una capa en la superficie que atrae la suciedad como un imán.
- Líquidos. ¡Procura que no caiga líquido en el suelo laminado! Pueden crearse hinchazones en la zona, y el suelo podría levantarse. Si estás pensando en cómo limpiar suelo laminado con la fregona, debe ser con poca agua.
- Agua limpia. Si limpias el suelo con agua, vigila que no esté muy sucia. Si el agua no está limpia las juntas quedarán sucias. Si el laminado es de color claro se verá más.
Cómo limpiar suelo laminado: las mejores prácticas
El suelo laminado es muy fácil y sencillo de limpiar. Puedes usar casi todas las herramientas que existen, pero hay que tener cuidado.
Limpiar en seco
Si quieres limpiar el suelo laminado en seco (sin uso de productos ni agua), puedes quitar el polvo superficial barriendo o pasando la aspiradora. Si vas a usar la aspiradora, vigila que sus ruedas estén limpias y no tengan piedrecitas o suciedad con la que puedan dañar el suelo, sobre todo si es de alto brillo. También recomendamos que sea especial para suelos duros.
Limpiar con agua
Con el agua debemos tener mucha más precaución, ya que podemos hacer que el suelo laminado se hinche e incluso se levante. Si sigues las siguientes precauciones sobre cómo limpiar suelo laminado con agua ¡todo estará bajo control!
- La mejor opción, la mopa: es la elección ideal para suelos laminados.
- Con un paño ligeramente húmedo y bien escurrido limpia las huellas y la suciedad difícil que se resiste a un trapo seco. Asegúrate de que el paño está bien escurrido para no generar hinchazones.
- Si vas a usar la fregona, ten en cuenta que debe estar bien escurrida antes de usarla, para que no gotee. No uses productos de limpieza jabonosos, ya que pueden provocar que el agua penetre con mayor facilidad por las juntas. Este tipo de limpieza es recomendable hacerla, por ejemplo, cada 15 días.
- Si se ensucian las juntas, puedes limpiarlas con un trapo o cepillo pequeño, humedecido ligeramente con alcohol.
Limpieza de manchas
En el caso de manchas específicas puedes usar algún producto, pero sin excederte y aplicándolo solo en la zona de la mancha, para no dañar el laminado.
- Para manchas de grasa, tinta o ceras, puedes utilizar alcohol o acetona. Para el resto del suelo, usa agua con jabón. A continuación, frota la zona con un trapo y sécala.
- Recuerda no limpiar ninguna mancha con elementos que puedan rayar o deteriorar el laminado de tu suelo. Los estropajos abrasivos, el producto conocido como «nanas» u otros elementos punzantes podrían causar daños.
Resistencia y cuidado: un laminado más duradero
- Las esteras antisuciedad protegen el suelo de esas zonas más propensas a la suciedad, como por ejemplo la entrada de tu hogar. Estas esteras evitan el exceso de desgaste.
- Cubre las patas de los muebles con almohadillas de fieltro para evitar arañazos. Las almohadillas de fieltro también se desgastan: cámbialas si es necesario. También deberías cubrir las ruedas de tu silla de oficina con ruedas blandas de goma.
- Evita la humedad persistente. Si colocas macetas, flores o cualquier objeto con agua, vigila que no toquen el suelo.
Como has visto, cómo limpiar suelo laminado ya no tiene secretos para ti. Además, existen diferentes tipos de suelo laminado, seguro que encuentras el más adecuado para tu hogar. Y recuerda, si tomas las precauciones citadas, tu suelo laminado se mantendrá como nuevo durante mucho más tiempo. ¿Quieres elegir ya tu nuevo suelo laminado? Ven a vernos y te explicamos cómo puedes renovar el suelo de tu casa de forma fácil y cómoda.
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