Cómo pintar aluminio paso a paso

Pintar aluminio tiene algunas características que hacen que tengamos que tener más cuidado que cuando pintamos madera u otros materiales porosos. Sin embargo, sabiendo cómo hacerlo, y gracias a los consejos que te damos a continuación, podrás hacerlo igual que si fueras un pintor profesional.

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Pintar aluminio paso a paso

Para pintar una superficie de aluminio necesitaremos los siguientes materiales: lija de grano fino, alcohol, imprimación para metales, pintura para metales, disolvente (si no usamos un esmalte al agua) y rodillos para pintar adaptados a la superficie que vayamos a pintar.

  1. Limpiar el aluminio

    Lo primero que deberemos hacer es limpiar correctamente la superficie de aluminio que vayamos a pintar. Para ello, lo más recomendable es lijar la superficie con una lija de grano fino. De esta forma, se podrán retirar tanto los restos de suciedad como los restos de pintura antigua en mal estado que puedan quedar. A continuación, limpiaremos la superficie con un paño humedecido en alcohol de 96º. Esto nos permitirá retirar cualquier resto de suciedad o polvo del lijado que pueda quedar. Es recomendable hacerlo dos veces y dejar secar entre limpieza con alcohol, lo que nos asegurará una limpieza excelente.

  2. Aplicar la imprimación

    Aunque la pintura de poliuretano (que es la más adecuada para pintar aluminio) tiene bastante adherencia por sí sola, se recomienda aplicar previamente una imprimación para metales que la potencie. Esto conseguirá que la pintura se adhiera todavía mejor a la superficie de aluminio, evitando que se descascarille en el futuro. Para aplicar la imprimación seguiremos las recomendaciones del fabricante de cada producto.

  3. Aplicar la pintura

    Una vez que la imprimación esté seca, llegará el momento de aplicar la pintura. Para ello seleccionaremos una pintura adecuada para pintar aluminio (o metales en general). La pintura para metales puede ser tanto pintura al agua como pintura al disolvente. En este último caso, deberemos diluir el esmalte con aproximadamente un 5-10% de disolvente. Esto permitirá que la pintura sea más fluida y que se aplique con más facilidad. No obstante, deberemos comprobar la fluidez de cada pintura según sea el caso. Aplicaremos la pintura con ayuda de un rodillo de pelo muy fino y con un tamaño adecuado a la superficie a pintar. Así mismo, si fuera necesario aplicar una segunda capa de pintura, dejaremos secar entre aplicación por lo menos 6 horas (o lo que indique el fabricante en el envase de la pintura).

  4. Limpiar las herramientas de trabajo

    Finalmente, limpiaremos las herramientas de trabajo con ayuda del disolvente, ya que, al ser pintura de poliuretano, no se podrá limpiar con agua. Para ello tendremos cuidado de no tocar directamente con las manos el disolvente y usaremos papel de cocina para secar las herramientas después de su limpieza.

Consejos a la hora de pintar aluminio

A la hora de pintar aluminio hay que tener en cuenta que se trata de un metal y, por ello, no presenta porosidad, como pueda suceder con la madera, el yeso o la arcilla. En este sentido, es importante utilizar una pintura adecuada a este material. Las pinturas para metales están formuladas de forma específica para este tipo de superficies, y son la mejor manera de asegurar un resultado adecuado.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que existen pinturas acrílicas indicadas para metales. Sin embargo, si se opta por este producto, hay que saber que son menos resistentes que las pinturas sintéticas (como por ejemplo las pinturas de poliuretano). 

La principal diferencia entre una y otra está en que las pinturas acrílicas se limpian con agua, mientras que las pinturas sintéticas necesitan ser limpiadas con disolvente. Pintar con pintura acrílica es mucho más cómodo, ya que las herramientas se pueden limpiar con mucha más facilidad después de ser usadas. 
Finalmente, también hay que tener en cuenta que al pintar aluminio, podremos encontrar pinturas con propiedades específicas. Lo que harán que sean más indicadas para cada caso. Por ejemplo, en el caso de que vayamos a pintar un radiador, lo más recomendable será escoger pintura específica que resiste el calor. O, en el caso de una estantería de metal o una barandilla, una pintura con un acabado concreto (brillo, mate, satinado, etc.).

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