Mantenimiento del termo eléctrico: todo lo que necesitas saber

El mantenimiento del termo eléctrico es bastante sencillo en comparación con otros equipos similares como los calentadores de gas. Sin embargo, esto no significa que no debamos prestarle atención si queremos disfrutar de agua caliente y un equipo en perfectas condiciones durante todo el año.

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Mantenimiento del termo eléctrico 

A diferencia de lo que sucede con los calentadores de gas, los termos eléctricos no están sujetos a una revisión obligatoria. Esto se debe a que, a diferencia de los equipos de gas, son más seguros que esos. No obstante, esto no significa que no se deba realizar una revisión cada cierto tiempo. Al menos, si se quiere garantizar el buen estado y durabilidad del termo eléctrico. 

En este sentido, el mantenimiento del termo eléctrico se puede dividir en dos partes. Por un lado, el mantenimiento cotidiano que hace el propio usuario del termo para asegurar su buen uso y, por otro, el mantenimiento que hará un profesional con las correspondientes revisiones cuando sea necesario.

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Cuándo debe hacerse una revisión profesional

Debido a que los termos eléctricos no están obligados por ley a pasar una revisión, esta puede demorarse tanto como el usuario quiera. No obstante, lo más recomendable es que sean revisados por un técnico profesional al menos cada 2 años, y siempre y cuando presenten una avería o un mal funcionamiento.

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Cómo cuidar el termo eléctrico para alargar su vida útil 

Además de las revisiones que realice un profesional, cada usuario puede contribuir al correcto mantenimiento del termo eléctrico siguiendo ciertos consejos y hábitos que ayudan a alargar su vida útil y su funcionamiento. 

  • Revisar el estado del termo eléctrico cada 6 meses: Aunque las revisiones profesionales se deban realizar cada 2 años, cada usuario puede revisar el termo eléctrico cada 6 meses para asegurarse de que todo está en orden. En el caso de detectar alguna anomalía o pieza averiada, podrá intentar repararla por sí mismo o, si lo prefiere, adelantar la revisión oficial llamando directamente al profesional para concertar la cita. 
  • Desconectar el termo antes de manipularlo: Por otro lado, hay que recordar que el termo eléctrico funciona con electricidad. Por ello, siempre que se vaya a manipular de cualquier manera, es indispensable desconectarlo de la corriente eléctrica para evitar posibles accidentes. 
  • Apagar el termo cuando no se va a usar: Por ejemplo, durante unas vacaciones o durante períodos largos de tiempo en los que el termo eléctrico no se va a utilizar. En estos casos, es mejor desconectar el equipo para reducir el deterioro además del consumo. 
  • Sustitución frecuente del ánodo de magnesio: Esta pieza de los termos eléctricos suele deteriorarse por el efecto de la cal del agua. Se trata de una pieza que se puede sustituir con facilidad y que, si se hace con frecuencia (sobre todo en lugares donde las aguas son duras) contribuye al buen funcionamiento del termo eléctrico y a alargar su vida útil. La frecuencia de sus sustitución dependerá de la dureza del agua, por lo que puede ser cada año o varios años según la cantidad de cal que presente el agua. 
  • Purgar el termo: Finalmente, otra forma que los propios usuarios tienen de mejorar el mantenimiento del termo eléctrico de su casa es realizando una purga de este cada cierto tiempo. De nuevo, la frecuencia dependerá de la dureza del agua y del uso que se haga del mismo. Otra opción es que sea un profesional quien realice la purga, lo que puede facilitar el proceso. 

Qué partes hay que revisar para tenerlo siempre a punto

Como puedes ver, el mantenimiento del termo eléctrico es mucho más sencillo que el de uno de gas. Aun así, lo más aconsejable es que el propio usuario supervise el estado del termo eléctrico cada cierto tiempo y que, cuando detecte algún problema, avise a un técnico profesional para que lo supervise. De esta manera, se evitarán averías graves y se garantiza la durabilidad del equipo. Aquí que a continuación te indicamos las partes más importantes a revisar para tenerlo siempre a punto son las siguientes:

  • Resistencia: Sirven para calentar el agua, y uno de los problemas más comunes que suelen presentar es la acumulación de cal. 
  • Termostato: Puede presentar problemas respecto al cálculo de la temperatura, por lo que conviene resetearlo cada cierto tiempo. 
  • Ánodo: Ayuda a evitar la corrosión producida por el contacto entre el agua y el metal, pero cuenta con una vida útil limitada. Lo más adecuado será sustituirlo antes de que se deteriore por completo. 

Manguitos dieléctricos: Sirven para separar piezas de metales diferentes y así evitar el fenómeno de la electrólisis. Por ello, están fabricados de goma. Cuando el material de estos manguitos se degrada es necesario sustituirlos por otros nuevos.

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