Los días más fríos están cerca. Ahora más que nunca, ahorrar en calefacción se convierte en una necesidad: te contamos cómo evitar que el calor se escape del hogar, qué dispositivos bajan el consumo y qué puedes hacer para ganar confort y reducir tus gastos. 

Cómo ahorrar en calefacción: mejora el aislamiento

Para ahorrar en calefacción, el primer “mandamiento” es evitar que el calor escape y que el frío del exterior entre en la casa. Parece lógico, ¿verdad? Pues son muchísimos los hogares donde no se hace nada para evitar las fugas. Los expertos señalan que hasta un 25% de la energía se escapa por el tejado; otro 25%, por puertas y ventanas; un 15%, por el suelo, y un 35%, por las paredes. 

En España, cerca del 50% de las viviendas se construyeron antes de los años 80. Hasta esta fecha no era obligatorio aislar bien los edificios, por lo que es probable que la mitad de los hogares de nuestro país tengan un aislamiento deficiente. Una forma de optimizarlo es reformar los espacios, pero también existen soluciones más rápidas, sencillas y económicas para aislar paredes, suelos y cerramientos y ahorrar en calefacción. Estas son algunas de las más eficaces:

Sellar puertas y ventanas con burletes

Los burletes son tiras estancas adhesivas que rellenan los huecos entre la hoja y el marco de ventanas y puertas. Son una solución eficaz, económica y fácil de colocar. Los más eficientes son los burletes de silicona, que se pueden instalar en ventanas de todo tipo, excepto correderas. Para estas existen modelos especiales con un cepillo por el que se deslizan las hojas.

Para fijar los burletes, mide y corta las piezas dejando un margen de 1-2 cm. Limpia bien el marco o la hoja con alcohol y pega la tira. Cierra la ventana y comprueba que no hay corrientes.

Los burletes bajo puerta son otra solución eficaz para evitar fugas de calor. Los hay de distintos tipos y espesores, dependiendo del tamaño del hueco a rellenar. 

Colocar láminas detrás de los radiadores

Si no están bien aisladas, las paredes que dan al exterior pueden dejar escapar más calor del que nos interesa. Una forma muy interesante de evitarlo es colocar láminas reflectoras detrás de los radiadores, una solución supersencilla que “refleja” la radiación y la devuelve a las estancias. Te ayudarán a ahorrar en calefacción y a mantener las habitaciones confortables durante más tiempo. 

Aislar las tuberías exteriores o vistas con coquillas 

Las tuberías de la calefacción también son emisoras de calor. Cuando pasan por el exterior o por zonas sin acondicionar (garajes, pasillos comunes…) se pierde gran parte de la energía que transportan. Si tienes tuberías vistas en casa, no las tapes; hacen el efecto de radiadores. Basta con pintarlas con un esmalte para radiador e integrarlas con la pared y el techo. Si pasan por la fachada o por zonas muy frías, elige un buen sistema de aislamiento para tuberías y lo notarás en las facturas. 

Colocar suelos vinílicos y laminados 

¿El suelo es muy frío? Aislarlo bien es una forma muy inteligente de ahorrar en calefacción. Y al mismo tiempo, puedes renovar tus estancias y darles un aire más actual, luminoso y acogedor. Los suelos vinílicos en clic se colocan directamente sobre el pavimento y crean una capa aislante que actúa como barrera frente a las pérdidas de calor. Solo tienes que encajar las lamas o baldosas entre sí y cortar las piezas de los bordes para que se adapten a la forma de la estancia.

Por otro lado, los suelos laminados también son muy eficaces. Estos revestimientos se colocan sobre bases aislantes que cumplen varias funciones: aumentan el confort, amortiguan los ruidos, nivelan el pavimento y crean una barrera frente a la humedad. Recuerda que, cuando coloques un suelo laminado, tienes que dejar una junta perimetral de 1 cm para evitar que la dilatación de las lamas levante la tarima. Esta junta se ocultará después con los rodapiés. 

Poner alfombras

Es una solución clásica, pero eficaz. Si quieres mejorar el confort de tus espacios sin meterte en obras, no dudes en colocar alfombras mullidas y de calidad. Las alfombras actúan como freno ante las pérdidas de calor, evitan que el frío se cuele por el suelo y generan una sensación cálida y confortable. Ponlas en la zona del sofá, bajo la mesa del comedor y a ambos lados de la cama: las agradecerás durante los meses más fríos. 

Aislar paredes frías con lana de roca y friso

¿Te animas a hacer una pequeña reforma? Revestir las paredes con materiales aislantes te ayudará a ahorrar en calefacción mejor que ninguna otra solución. Sobre todo, conviene centrarse en paredes exteriores que den a la fachada y estén orientadas al norte. Son las más frías y por las que más energía calorífica se pierde.

Empieza cortando y pegando el material aislante en la pared: la lana de roca es muy eficaz y económica. Utiliza un adhesivo de contacto o cinta de doble cara para fijar las piezas. Después, cubre el aislamiento con un revestimiento de pared decorativo y te quedará perfecto.

Calefacción inteligente, tu aliada para reducir el gasto

Aunque aislar bien los espacios es imprescindible para ahorrar energía durante los meses más fríos, no podemos olvidar las soluciones que nos ofrece la tecnología para regulación de la calefacción. Los sistemas de calefacción Smart Home permiten ajustar el funcionamiento de los sistemas al milímetro para no gastar ni un euro de más en nuestras facturas. Estos son los más eficaces:

• Termostatos y válvulas inteligentes. Se instalan en los radiadores y permiten encender, apagar y programar el sistema a distancia o a través de dispositivos de control de voz. 
• Sensores de temperatura inalámbricos. Se conectan al sistema a través de redes domóticas y ajustan la temperatura y la humedad.
• Control de aire acondicionado. Además de regular el aire fresco en verano, también permite ajustar la bomba de calor para la calefacción. 
• Purgadores automáticos. Mantienen los radiadores en perfecto estado de funcionamiento, reduciendo el consumo. 

Consejos para ahorrar en calefacción (sin darte cuenta)

Como ves, existen muchas soluciones fáciles de colocar que te ayudarán a reducir tu consumo energético sin renunciar al confort. Si además utilizas tu calefacción de forma eficiente, bajarás aún más tus facturas. Quédate con estos consejos:

• Ajusta la temperatura por estancias. En zonas de paso como pasillos o recibidores, ajusta el termostato entre 15 y 17 grados. En las estancias de uso medio (baños y cocinas), basta con 18 grados. Y en las de uso habitual será suficiente con una temperatura entre 19 y 20 grados. En los días más fríos, los jerseys acogedores y las mantas de sofá son siempre buenos compañeros.
• Apaga la calefacción cuando salgas de casa. En contra de lo que piensa mucha gente, el sistema consume más si tiene que mantener un confort determinado a lo largo del tiempo. Si se te suele olvidar, instala un cronotermostato para programar su encendido y apagado.
• Ventila, pero con cabeza. Basta con abrir todas las ventanas por la mañana, durante 10 minutos.
• Viste las ventanas con cortinas y estores opacos. Además de decorar y atenuar la luz (cuando vayas a echar la siesta o a ver la televisión), crean una pantalla que evita las pérdidas de calor hasta en un 10%. 
• Mantén los radiadores en buen estado. Púrgalos o instala purgadores automáticos. ¿Calientas el hogar con emisores térmicos? Si están anticuados o no tienen capacidad suficiente, cámbialos por nuevos modelos: son mucho más eficientes.
• ¿La calefacción no calienta lo suficiente? Puede ser el momento de invertir en una nueva caldera de condensación. Las estufas de leña o pellets también son una estupenda alternativa: utilizan energía limpia y renovable y utilizan combustibles más económicos, reduciendo el gasto mensual.

Preguntas frecuentes sobre ahorrar en calefacción