La revisión de la caldera de gas es obligatoria cada cierto tiempo, además de ser fundamental para mantenerla en buen estado y prolongar su vida útil. Pero, ¿sabes en qué consiste la revisión de la caldera de gas y cuándo hay que realizarla? Sigue leyendo y descubre cuántos tipos de revisiones hay, los beneficios de realizar este proceso y algunos consejos para su mantenimiento, con el objetivo de garantizar la tranquilidad y prevenir cualquier posible riesgo o avería.

¿Cuándo se debe hacer la revisión de la caldera de gas?

Hay más de una revisión de la caldera de gas. En este sentido, podemos hablar de dos tipos principalmente: las obligatorias por normativa y las recomendadas, destinadas a mejorar el rendimiento de la caldera y a prolongar su vida útil. 

Revisión de la caldera del gas

Las empresas fabricantes o las comercializadoras de gas son quienes llevan a cabo este tipo de revisiones. El técnico revisa el buen estado del aparato y de las partes visibles, limpia algunos componentes (el quemador y, si lo hay, el ventilador), mide la presión y la temperatura de la calefacción, comprueba que la mezcla de aire y gas es correcta, revisa el sistema antirretorno que evita que entre aire, mide el monóxido de carbono que emite, cambia las piezas que sea necesario y comprueba que los gases se evacúan al exterior de forma correcta.

En definitiva, además de cumplir la normativa que establece el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) en el Real Decreto 1027/2007, estas revisiones ayudan a mantener las calderas en buenas condiciones. Si bien solo es obligatorio realizar una revisión de la caldera de gas cada dos años, la recomendación es hacerla cada año, por lo que la mayoría de las empresas incluyen un servicio de revisión anual por un coste bastante reducido (suele rondar entre los 80 y los 100 euros y, en muchas ocasiones, este importe va fraccionado en las facturas mensuales). 

Inspección de la instalación de gas

En este caso, se inspeccionan las tuberías de suministro, la propia caldera, los conductos de ventilación, las llaves y todo lo relacionado con el gas que entra en la vivienda. Se trata de una revisión de la caldera de gas que es obligatorio pasar cada 5 años. Para ello, se puede contratar a una empresa o a un técnico independiente o esperar a que nuestra distribuidora envíe a sus expertos. Esto último suele ser lo más habitual, sin embargo, hay que tener en cuenta que tienen que dar el aviso con tres meses de antelación. 

El precio se desglosa en 12,80 euros de gastos fijos de gestión para la distribuidora, más el de la inspección. Este último depende de las comunidades autónomas, pero suele oscilar entre los 30 y 35 euros, salvo excepciones. El importe se incluye en la factura del gas del mes siguiente. Asimismo, en edificios de viviendas con instalaciones comunitarias, habrá que añadir 10 euros más por la inspección de las zonas comunes.

Ventajas y beneficios de revisar la caldera de gas

Además de ser obligatorias, las revisiones e inspecciones tienen muchas ventajas que influyen en el buen funcionamiento de nuestro sistema de calefacción y ACS. Entre ellas, podemos destacar las siguientes:

• Seguridad. Un buen mantenimiento de la caldera de gas es esencial para prevenir accidentes, que pueden llegar a ser graves. 
• Rendimiento. Las revisiones anuales hacen posible tener la caldera limpia, con todas sus piezas en buen estado y con la presión y la temperatura adecuadas. Si nos ceñimos solo a la revisión de la caldera de gas que es obligatoria (cada dos años), es posible que no rinda igual de bien. 
• Ahorro. Una caldera que se revisa de forma regular funciona mejor y consume menos gas. Lo notarás en tus facturas.
• Confort. Si la caldera funciona a pleno rendimiento, la calefacción también lo hará. Los radiadores se calentarán más rápido, y el agua, también.
• Vida útil. Limpiar la caldera y las piezas internas de forma habitual (o cambiarlas cuando haga falta) hará que el mecanismo dure más tiempo. 

Consejos de mantenimiento para calderas de gas

Además de pasar la revisión de la caldera del gas y la inspección obligatoria, hay varias tareas que se pueden hacer para que nuestra caldera esté siempre en plena forma:

• Límpiala de forma regular. Desenchufa la caldera y cierra la llave de paso del gas. Limpia la carcasa exterior con un paño, agua templada y con un poco de detergente suave. Después, retira la tapa y limpia el interior con un cepillo (especialmente el quemador y, si lo hay, el ventilador). Coloca la tapa y limpia el conducto de ventilación. Para ello, puedes utilizar un aspirador o un paño húmedo.
• Regula la presión. El gas que circula por el sistema debe estar a una presión determinada. Para regularla, solo tienes que abrir la llave de llenado de la calefacción que suele estar debajo de la caldera. Gírala hasta que la pantalla indique una presión entre 1 y 2 bares.
• Añade accesorios. Para que la calefacción funcione bien y consuma lo menos posible, merece la pena añadir accesorios para la regulación de la calefacción que nos ayuden a programar y controlar su uso. Los cronotermostatos inteligentes o inalámbricos se instalan de forma sencilla y permiten regular el sistema, aumentando el confort y bajando el gasto. 

La revisión de la caldera del gas y las inspecciones obligatorias no solo garantizan la seguridad de nuestras instalaciones, sino que también nos ayudan a ahorrar en las facturas y a disfrutar del máximo confort en el hogar. Si quieres saber más sobre mejoras en el hogar, sistemas de calefacción, bricolaje y decoración, en el blog de BAUHAUS, encontrarás las mejores ideas de la mano de nuestros expertos. ¡No te las pierdas!

Preguntas frecuentes sobre la revisión de la caldera de gas