Cómo lubricar una cerradura: consejos prácticos y efectivos

¿Tu cerradura está atascada o haciendo ruido? Lubricar tu cerradura de forma regular puede ser la clave para mantenerlas funcionando sin problemas.

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En este artículo, te explicamos todo lo que debes saber para lubricar tus cerraduras de manera efectiva: desde cómo elegir el lubricante adecuado hasta cómo aplicarlo correctamente para garantizar así la longevidad y el buen funcionamiento de tus cerraduras.

Por qué es importante lubricar las cerraduras

Lubricar las cerraduras es una práctica de mantenimiento preventivo fundamental que, a pesar de esto, a menudo, se subestima. No solo se trata de mantener el mecanismo de la cerradura funcionando suavemente, sino de asegurar su durabilidad y fiabilidad a largo plazo.

La lubricación regular ayuda a prevenir el desgaste prematuro de las piezas internas de la cerradura. Con el tiempo, el polvo, la suciedad y la humedad pueden acumularse dentro del mecanismo, causando fricción y, eventualmente, desgaste y corrosión.

En este sentido, una cerradura bien lubricada es sinónimo de un funcionamiento suave y eficiente. ¿Cuáles son los beneficios de mantener un mecanismo lubricado adecuadamente?

  • Mayor facilidad de uso, evitando que la llave se atasque o sea difícil de girar.
  • Reducción del riesgo de averías inesperadas, lo que se traduce en ahorros considerables en reparaciones o reemplazos costosos.

Por tanto, la lubricación de las cerraduras no debería considerarse como una tarea opcional o menor dentro del mantenimiento del hogar. En cambio, es una medida esencial que garantiza la seguridad y el correcto funcionamiento de nuestras cerraduras día a día.

lubricar una cerradura adecuadamente

Lubricar cerraduras: cómo seleccionar el lubricante adecuado

Elegir el lubricante correcto para una cerradura es crucial para su mantenimiento efectivo. No todos son iguales, y cada tipo tiene aplicaciones específicas; de ahí la importancia de conocer los tipos de lubricantes que existen para valorar cuál es el más adecuado en cada caso.

Estos son los principales tipos de lubricantes que puedes encontrar:

  • Lubricantes a base de grafito: el grafito en polvo ayuda a reducir la fricción sin atraer polvo ni suciedad. Es ideal para mecanismos internos de cerraduras debido a su capacidad para soportar temperaturas extremas y su durabilidad.
  • Aceites lubricantes multiuso: aunque son versátiles y fáciles de encontrar, es crucial elegir aquellos que sean de baja viscosidad y no contengan silicona, ya que pueden atraer polvo y residuos. Esto puede crear una pasta que puede obstruir el mecanismo de la cerradura.
  • Lubricantes de silicona en seco: son una excelente opción para cerraduras expuestas a elementos exteriores, como puertas de entrada. Proporcionan una capa protectora que repele el agua y protege contra la corrosión, sin atraer suciedad.
  • Aceites penetrantes: útiles para desbloquear cerraduras que ya están atascadas, pero su uso debe ser limitado a situaciones de emergencia, ya que pueden no ser la mejor opción para un buen mantenimiento a largo plazo.

Qué evitar a la hora de elegir un lubricante para cerraduras

A la hora de lubricar tu cerradura, evita:

  • Productos a base de petróleo: aunque puedan parecer una solución rápida, los aceites y las grasas que contienen petróleo pueden atraer y acumular polvo y suciedad. Esto puede llevar a la obstrucción del mecanismo de la cerradura.
  • Grasas gruesas: su consistencia espesa puede causar más problemas de los que resuelve, dado que pueden endurecerse con el tiempo, dificultando el movimiento de las partes internas de la cerradura.
  • WD-40 como lubricante: a pesar de ser un excelente producto para desbloquear mecanismos atascados, el WD-40 no es un lubricante en el sentido tradicional. Su efecto es más bien de corta duración, y puede evaporarse o atraer suciedad después de aplicarlo, por lo que no es recomendable para el mantenimiento regular de cerraduras.

La clave para seleccionar el lubricante más adecuado reside en entender las necesidades específicas de la cerradura y el entorno en el que se encuentra. Optar por un producto diseñado para lubricar cerraduras y aplicarlo de manera correcta asegurará el funcionamiento óptimo y prolongará la vida útil de estos mecanismos.

Paso a paso: cómo lubricar una cerradura

Lubricar una cerradura no solo implica elegir el lubricante adecuado, sino también aplicarlo de manera efectiva. A continuación, te detallamos el proceso, paso a paso, para garantizar que este se realice de manera eficiente y sin contratiempos:

  1. Utiliza un limpiador en aerosol para cerraduras o aire comprimido para soplar cualquier partícula que pueda haber dentro del cilindro.

    Utiliza un limpiador en aerosol para cerraduras o aire comprimido para soplar cualquier partícula que pueda haber dentro del cilindro.

  2. Revisa la cerradura en busca de signos de desgaste o daño.

    Si la cerradura está visiblemente dañada o desgastada, puede ser necesario repararla o reemplazarla antes de lubricarla.

  3. Mira si tienes un acceso claro al cilindro de la cerradura,

    esto es, donde introduces la llave, ya que aquí es donde se aplicará el lubricante.

  4. Asegúrate de que el aplicador esté firmemente fijado

    para evitar derrames. Muchos lubricantes vienen en aerosol con un aplicador de tubo delgado, lo cual es ideal para insertarlo directamente en el cilindro de la cerradura.

  5. Inserta la punta del aplicador en la entrada del cilindro de la cerradura.

    Pulveriza el lubricante con moderación; un par de pulsaciones cortas suelen ser suficientes. Es importante no excederse, ya que demasiado lubricante puede atraer polvo y residuos, contrarrestando los beneficios de la lubricación.

  6. Una vez aplicado el lubricante, inserta la llave en la cerradura y gírala varias veces.

    Esto ayuda a distribuir el lubricante de manera uniforme dentro del mecanismo.

  7. Retira la llave y limpia cualquier exceso de lubricante

    de la cerradura y de la llave con un paño limpio y seco. Esto evitará que el lubricante atraiga polvo hacia la superficie exterior de la cerradura.

Mantenimiento y cuidados después de lubricar una cerradura

Una vez que la cerradura ha sido correctamente lubricada, es importante seguir un régimen de mantenimiento para asegurar su buen funcionamiento a largo plazo. A continuación, te proporcionamos algunas recomendaciones y consejos prácticos para mantener la cerradura en buen estado tras su lubricación:

Cuándo y con qué frecuencia lubricar una cerradura

Es importante que se lubrique una cerradura en los siguientes casos:

  • Uso regular: las cerraduras sometidas a un uso diario regular, como la puerta principal de una vivienda, es recomendable lubricarlas al menos una vez al año.
  • Condiciones adversas: cerraduras expuestas a condiciones extremas, como humedad elevada, salinidad por cercanía al mar o altos niveles de polvo y suciedad, pueden requerir una lubricación más frecuente, aproximadamente, cada seis meses.
  • Después de uso intenso o exposición a elementos: si la cerradura ha sido expuesta a lluvia intensa, nieve o a un periodo de uso particularmente intenso, puede ser prudente aplicar una lubricación adicional como medida preventiva.

Cómo mantener la cerradura en buen estado tras la lubricación

  • Límpiala de forma regular: mantén las cerraduras limpias de polvo y suciedad. Un mantenimiento regular con aire comprimido puede ayudar a evitar la acumulación de residuos que podrían interferir con el mecanismo de la cerradura.
  • Revisa los componentes: verifica periódicamente que todos los componentes de la cerradura, incluyendo el cerrojo, estén funcionando correctamente y sin obstrucciones. Cualquier signo de desgaste o daño puede requerir atención inmediata.
  • Evita fuerzas excesivas: no fuerces la llave al girarla dentro de la cerradura. Si notas resistencia, puede ser un indicador de que la cerradura necesita ser limpiada, lubricada o, en algunos casos, reparada o reemplazada.
  • Protégela contra la humedad: en áreas propensas a una alta humedad, considera el uso de lubricantes que ofrezcan protección adicional contra la corrosión para prolongar la vida útil de la cerradura.
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Lubricar una cerradura: un paso sencillo para la seguridad

El proceso de lubricar cerraduras es simple, pero fundamental para asegurar su correcto funcionamiento y prolongar su vida útil. Además, si sigues estos pasos de mantenimiento y cuidado después de lubricar una cerradura, estas estarán en óptimas condiciones, lo que contribuirá a que tu hogar esté bien protegido. 

En BAUHAUS tenemos todo lo que necesitas para mantener tus cerraduras en buen estado y garantizar la seguridad de tu hogar. Con las herramientas que puedes encontrar en nuestra tienda online y el conocimiento que te hemos enseñado, puedes prevenir problemas comunes y costosas reparaciones. Si aún te quedan dudas, puedes contactarnos sin compromiso y uno de nuestros expertos te asesorará.

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Preguntas frecuentes sobre lubricar cerraduras

¿Qué tipo de lubricante debo usar para mi cerradura?

Utiliza un lubricante específicamente diseñado para cerraduras, como los basados en grafito o silicona en seco. Evita productos a base de petróleo o grasas espesas, ya que pueden atraer polvo y obstruir el mecanismo.

¿Con qué frecuencia debo lubricar las cerraduras de mi casa?

La recomendación general es lubricar las cerraduras al menos una vez al año. Sin embargo, en condiciones adversas, como alta humedad o exposición al polvo, es aconsejable hacerlo cada seis meses.

¿Cómo puedo saber si mi cerradura necesita ser lubricada?

Si notas que la llave es difícil de girar, la cerradura se atasca o emite ruidos al accionarla, probablemente es hora de lubricarla.

¿Puedo usar WD-40 para lubricar cerraduras?

Aunque WD-40 es efectivo para desbloquear cerraduras atascadas, no es un lubricante a largo plazo. Para un mantenimiento regular, es mejor optar por productos diseñados específicamente para lubricar cerraduras.

¿Qué debo hacer si la cerradura se sigue atascando después de lubricarla?

Si el problema persiste, puede haber un problema subyacente como desgaste o daño. Considera consultar a un cerrajero profesional para una inspección y posible reparación o reemplazo.

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