La pintura imantada o magnética es un recurso muy versátil para decorar nuestra casa y aportar una función adicional. Gracias a ella podrás colgar diferentes objetos como fotos, pósters o dibujos y alegrar cualquier rincón de la casa. ¡Y todo ello sin necesidad de hacer agujeros en la pared! Aquí te contamos qué es la pintura imantada, cómo se aplica y 3 propuestas con mucho encanto.

¿Qué es la pintura imantada?

Como hemos indicado, la pintura imantada tiene la característica de tener el efecto imán, y por ello es posible colocar objetos imantados en la zona donde apliques la pintura. Este efecto imán se consigue gracias a que esta pintura tiene pequeñas partículas de hierro, por lo que adquiere propiedades magnéticas. 

Normalmente el color de la pintura es gris o negro, pero es posible dar una segunda mano de pintura de color sobre la pintura magnética; incluso puedes colocar papel pintado. Y las posibilidades no acaban ahí: también es posible su aplicación sobre puertas, azulejos, muebles… ¿Imaginas el potencial?

¿Cómo se aplica la pintura magnética o imantada?

Su aplicación no requiere de nada especial, debes tratarla como una pintura corriente:

1. Protege la zona donde vayas a pintar. Si quieres imantar solo una zona, delimítala con cinta de carrocero. 
2. Pasa una capa de imprimación y espera a que seque.
3. Ahora ya puedes empezar con la pintura imantada. Dale varias manos, y si es posible cada aplicación en un sentido distinto al anterior. El número de manos depende de la capacidad de atracción que desees, aplicando 6 manos de pintura tendrás una mayor atracción que con 3.

3 ideas de decoración con pintura imantada

Como ya habrás podido imaginar, las posibilidades que tienes con la pintura imantada son muchas y muy variadas, todas ellas con resultados muy originales. 

1 Haciendo la cocina más práctica

Si encima de la pintura imantada pintas con una capa de pintura de pizarra, puedes crear un mural perfecto para poner los recordatorios, la lista de la compra, fotos… También puedes delimitar un espacio para los botes de especias y tenerlos siempre a mano.

Y si no quieres el negro, ¡recuerda que puedes pintarlo del color que mejor le vaya a tu cocina! 

2 Lugar de recordatorio en tu estudio

Puedes trasladar la idea de la pizarra a tu lugar de trabajo o estudio. En lugar de tener el típico corcho, en la pared de tu escritorio puedes pintar una zona accesible para colgar tus ideas o aquellas fotos que estimulen tu concentración y tu lado creativo.

3 Espacio de juego para los peques

Si tienes hijos seguro que ya has pensado en las posibilidades que te dará la pintura imantada… Aprovecha alguna de las paredes de su habitación y conviértela en un lugar nuevo para jugar. 

La pintura imantada es un gran recurso de decoración para cualquier rincón de la casa: cocina, salón, cuarto, pasillo, baño… Un toque original y práctico, con la ventaja de poder añadir, también, el color que prefieras. ¿Por dónde empezarás?