Cuando estamos en una región con aguas duras (aquellas que tienen abundante cal), se vuelve indispensable contar con una instalación de descalcificador. Actualmente existen diferentes tipos de descalcificadores, cada uno con sus propias ventajas respecto al resto. En este artículo te contamos cuál es el que más te conviene según tus necesidades y el paso a paso de cómo instalar un descalcificador.
Por qué es necesario contar con una instalación de descalcificador
Aunque siempre es recomendable, no siempre es indispensable contar con un dispositivo de descalcificación del agua. Este tipo de instalaciones son necesarias cuando el agua que llega al domicilio es dura o muy dura.
En consecuencia, además de no ser recomendable para el consumo, también puede suponer un problema de cara al buen mantenimiento de algunos electrodomésticos. Como por ejemplo sucede con la lavadora, el lavavajillas, los termos eléctricos, etc. Además, tampoco resulta agradable ducharse con este tipo de aguas, ya que la cal se termina quedando en el pelo y en la propia ducha o bañera.
Si este es tu caso, lo más recomendable es contar con una instalación de descalcificador que te permita eliminar la mayor parte de la cal del agua, y así disfrutar de agua de mejor calidad en casa.
Tipos de descalcificadores
Según las características de tu hogar y preferencias que tengas, podrás escoger entre llevar a cabo un tipo de instalación de descalcificador u otro.
Descalcificador volumétrico
Este tipo de descalcificador funciona a través de resistencias que llevan a cabo un intercambio iónico. Es un sistema antiguo pero bastante efectivo. Además, gracias a una válvula volumétrica, se puede ahorrar agua y sal gracias a que actúa como un sistema de retardo. Son la mejor opción para una vivienda con pocas personas o donde, en general, el consumo de agua es pequeño.
Descalcificador cronométrico
Los descalcificadores cronométricos son similares a los volumétricos pero, en este caso, no tiene en cuenta el volumen de agua descalcificada, sino que la regeneración del agua se lleva a cabo de forma periódica. De esta forma, se asegura que siempre haya agua blanda disponible para su uso y consumo. Se trata de la mejor opción en el caso de que nuestra vivienda cuente con un consumo de agua elevado. Por ejemplo, en el caso de familias con cuatro miembros o más.
Descalcificador electrónico
Los descalcificadores electrónicos emiten pulsos de tensión eléctrica a la cámara que recubre el depósito del agua (nunca al mismo agua). Esto permite eliminar la cal de forma muy efectiva y, además, esto se hace evitando la acumulación de la cal en las resistencias (algo que sí que sucede en el caso de otros descalcificadores). De esta forma, su mantenimiento es mucho más sencillo y cómodo.
Descalcificadores sin sal
A diferencia de los descalcificadores anteriores, que utilizan sal para eliminar la cal del agua, existe otra versión de descalcificadores que no necesita sal para este proceso. En realidad, los descalcificadores sin sal no eliminan la cal del agua, sino que la modifican para que no se adhiera a las superficies. Esto, además de contar con la ventaja de que hace que no sea necesario reponer la sal de forma periódica, hace que el agua sea más adecuada para su consumo. De hecho, si queremos llevar a cabo la instalación del descalcificador con vistas no solo a reducir la dureza del agua para garantizar la mayor durabilidad de los electrodomésticos, sino también para poder consumirla, los descalcificadores sin sal son la mejor desde un punto de vista saludable.
Instalar un descalcificador paso a paso
El lugar donde instalar el descalcificador es en la entrada de agua de la casa. Lo más común es que esta entrada se ubique en el fregadero de la cocina. Estos son los pasos para instalar un descalcificador:
- Cortamos unos 50 centímetros la tubería de entrada del agua a la vivienda para que el descalcificador pueda trabajar.
- Instalamos tres llaves de paso, de manera que el descalcificador sea un paso alternativo para el agua corriente.
- Es recomendable colocar vasos con filtros antes del aparato y después, para que los residuos de cal no perjudiquen la instalación.
- Conectamos a la corriente el aparato y también a un desagüe.
- Dejamos pasar el agua para comprobar que todo marcha como debe y no hay fugas.
Ventajas de contar con un descalcificador
- Tener disponible agua de mejor calidad tanto para el consumo como para su uso general en la vivienda.
- Ahorrarnos averías por la acumulación de cal en electrodomésticos.
- Disponer de mayor suavidad en nuestra ropa limpia.
Como se puede ver, son varias las opciones disponibles a la hora de instalar un descalcificador en casa. Según la cantidad de agua que vayamos a consumir, el uso que hagamos en el baño o la cocina, así como si vamos a utilizar el agua para beber y no solo para ducharnos y hacer funcionar algunos electrodomésticos, será más recomendable y práctico decantarse por una opción u otra.
En BAUHAUS disponemos de multitud de descalcificadores que se ajustan a las necesidades de cada hogar. Visita cualquiera de nuestros centros y pregunta a nuestros profesionales: te aconsejarán respecto a la elección y te ayudarán a escoger el modelo que mejor se ajusta a tu vivienda.
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